Temporada tras temporada el éxito de The Crown no ha hecho sino crecer y la cuarta temporada ha sido, de acuerdo con la crítica, un pico difícil de superar. Aunque bien es cierto que todo es posible, ya que la calidad de este tipo de productos está siendo sobresaliente desde la llegada de las plataformas de difusión de vídeo. Así lo recoge el casino online Betway en un reciente estudio, que profundiza no solo en la serie de la realeza británica, sino en otras muchas que son tendencia para millones de personas. 

Poniendo el foco en The Crown, la primera temporada cubre el período desde el matrimonio de Isabel con Felipe, duque de Edimburgo en 1947, hasta la desintegración del compromiso de su hermana, la princesa Margarita, con el capitán Peter Townsend en 1955.  

La segunda temporada abarca el período comprendido entre la crisis de Suez en 1956 y la jubilación del primer ministro Harold Macmillan en 1963 y el nacimiento del príncipe Eduardo en 1964.  

La tercera temporada abarca el período entre 1964 y 1977, incluyendo los dos períodos de Harold Wilson como primer ministro, e introduce a Camilla Shand.  

La cuarta temporada abarca de 1977 a 1990 e incluye el mandato de Margaret Thatcher como primera ministra y el matrimonio de Lady Diana Spencer con el príncipe Carlos.  

Quizás porque esta parte de la historia real de la familia Windsor es la más contemporánea, la que ha vivido esta generación es la temporada de la historia que despierta más interés. En el terreno político irrumpe el personaje de Margaret Thatcher, la Dama de Hierro que marcó la escena política del Reino Unido de la década de los ochenta. 

Igualmente aflora todo el glamour del personaje de Diana Spencer, quien marcó un antes y un después en la Corona británica. De hecho, su sola presencia como personaje aterriza a la serie en el mundo de la moda, ámbito en el que Lady Di fue todo un ícono. 

Entre ficción y realidad, The Crown no ha pasado inadvertida en el pueblo británico y su monarquía, aunque la serie ya se adentra a una era muy convulsa de la Casa Windsor.  

La exigencia del Gobierno británico hacia Netflix indicando que el gigante del streaming debería aclarar que The Crown es una ficción más que mermar el interés de los fans en la cuarta temporada lo incrementó.  

Pero el fenómeno de las series de televisión actual no termina en este título. Otras obras maestras como Gambito de Dama o Emily en Paris así lo atestiguan, con un recorrido infinito por numerosos países y una expectación millonaria ante cualquier nueva entrega.